Blog Terapias Naturales
Información de interés
Entradas
-
2024
- Mayo
-
Abril
- Reflexología podal para embarazadas
- Iustitia Europa y COFENAT denuncian a la ministra de Sanidad Monica Garcia.
- Acupuntura para el insomnio asociado a la quimioterapia
- Tratamiento osteopático en corredores con dolor femororrotuliano
- Manejo naturopático de las infecciones respiratorias pediátricas agudas
- Ashwagandha: ¿Qué es, para qué sirve y cómo tomarla?
- Masaje perineal para la prevención de la episiotomía durante el parto
- Naturopatía actual para combatir la enfermedad de Alzheimer
- Las Terapias Naturales en el dolor musculoesquelético
-
Marzo
- Bromelaína: qué es y qué efecto ejerce sobre el organismo
- Estudio sobre el Yoga y la meditación
- ‘Madrid mejora tu vida’ (Telemadrid), en Cofenat
- Masajes para la ciática
- Una revisión del tratamiento del cáncer con metabolitos de hongos
- Ácido alfa lipoico: beneficios y en qué alimentos se encuentra
- Prostatitis y acupuntura
-
Febrero
- Desentrañando la Obesogénesis
- Efectos de la terapia de acupuntura en el dolor neuropático diabético
- El masaje Kobido
- Acupuntura para el dolor talámico después de un accidente cerebrovascular
- Componentes citotóxicos y antiinflamatorios de las raíces de Hypericum beanii y potencial antitumoral
- La terapia de las flores de Bach
- Manipulación osteopática para el tratamiento de los dolores de cabeza
- ¿Qué es la Naturopatía Higienista?
- IUSTITIA EUROPA firma un convenio de colaboración con COFENAT
- Eficacia analgésica de la acupuntura en el dolor pélvico crónico
-
Enero
- El masaje californiano
- Eficacia de la punción seca y la acupuntura en pacientes con fibromialgia
- Qué es la disbiosis intestinal y cómo equilibrar la microbiota
- Efectos del tratamiento visceral osteopático en pacientes con reflujo gastroesofágico
- Suplementos que te ayudarán a adelgazar
- Acupuntura y Parkinson
- ¿POR QUÉ CRUJEN LAS ARTICULACIONES CUANDO NOS MANIPULAN?
Mon, 30 Jan 2023 00:30:00 +0100
Yodo: oligoelemento indispensable para el organismo.
30 de enero de 2023
El yodo es un nutriente esencial que el organismo necesita para realizar correctamente funciones metabólicas y fisiológicas básicas. Se encuentra en pequeñas cantidades en el agua y en el suelo, siendo componente de algunos alimentos.
Estamos hablando de un oligoelemento, que, como tal, posee funciones directas e indirectas indispensables para el organismo. La glándula tiroides necesita el yodo para fabricar la tiroxina, la hormona tiroidea. Es imprescindible para regular el metabolismo celular.
La hiposecreción de la hormona tiroidea, hipotiroidismo, tiene como consecuencia el agrandamiento de la glándula tiroides (bocio), ralentiza el metabolismo, que origina aumento de peso, debilita la muscular, disminuye el ritmo cardiaco, produce retraso físico y mental severo, conocido como cretinismo.
Por el contrario, una hipersecreción de la hormona produce hipertiroidismo, que acelera el metabolismo con un aumento del apetito, pérdida de peso, irritabilidad, nerviosismo y taquicardia. La otra gran función corporal en la que participa la tiroxina es en la regulación del crecimiento, especialmente del sistema nervioso. Junto con la hormona del crecimiento (GH) interviene en este proceso.
Si durante el desarrollo fetal se produce un déficit de tiroxina, el desarrollo neuronal se ralentiza o detiene. Si el déficit de la hormona se produce durante las primeras etapas de crecimiento, las consecuencias son una reducción en la estatura, en el desarrollo del cerebro y de los órganos reproductores.
La deficiencia de yodo es una de las carencias de nutrientes más común, afectando a casi un tercio de la población mundial. Si falta durante el embarazo, ocasiona hipotiroidismo fetal, aborto, nacimiento prematuro y alteraciones neurológicas en el recién nacido.
El yodo es esencial para el correcto desarrollo del cerebro de los bebés. Las mujeres embarazadas, las madres lactantes y la etapa infantil son los períodos críticos y vulnerables a la deficiencia de yodo, por lo que es necesario fortificarlo, incrementándolo en la dieta. El organismo necesita diariamente de 80 a 200 microgramos (μg) de yodo.
La col de Bruselas nos aporta yodo (IDR) de 150 μg/día en adolescentes y adultos, 220 en mujeres embarazadas y 290 μg/día en mujeres en período de lactancia. Durante el embarazo y lactancia, tanto el feto como el bebé dependen totalmente del aporte de yodo por parte materna para la síntesis de la hormona tiroidea. Para cubrir las pérdidas diarias de yodo se estima necesario ingerir 2 μg/día por kilo de peso corporal. Un adulto de 70 kilos de peso debe ingerir al menos 140 microgramos de este oligoelemento.
La mejor forma de obtener el yodo que necesitamos es a través de los alimentos. Las principales fuentes naturales de yodo son las algas marinas, los cereales y granos.
Diez gramos de alga nori seca contiene 232 μg de yodo, más de 1,5 veces el mínimo diario requerido. Vegetales como la soja, las verduras crucíferas como la col, el brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas, lo contienen siendo buenas fuentes para obtenerlo.
Los niveles de yodo en cereales y granos vienen determinados por la riqueza en yodo del suelo donde se han cultivado. Es una práctica común añadir yodo a la sal de mesa, cloruro sódico al 99%, que se comercializa como sal yodada. A diferencia de la sal refinada, la sal marina contiene yodo junto con otros minerales y oligoelementos, lo que contribuye a la salud del organismo.
Fuente: Artículo patrocinado por COFENAT para la revista bioecoactual, escrito por Raúl Martínez, Dietista-Nutricionista, biólogo
www.cofenat.es
Fuente imágenes: 1- myspanishsoul
Estamos hablando de un oligoelemento, que, como tal, posee funciones directas e indirectas indispensables para el organismo. La glándula tiroides necesita el yodo para fabricar la tiroxina, la hormona tiroidea. Es imprescindible para regular el metabolismo celular.
La hiposecreción de la hormona tiroidea, hipotiroidismo, tiene como consecuencia el agrandamiento de la glándula tiroides (bocio), ralentiza el metabolismo, que origina aumento de peso, debilita la muscular, disminuye el ritmo cardiaco, produce retraso físico y mental severo, conocido como cretinismo.
Por el contrario, una hipersecreción de la hormona produce hipertiroidismo, que acelera el metabolismo con un aumento del apetito, pérdida de peso, irritabilidad, nerviosismo y taquicardia. La otra gran función corporal en la que participa la tiroxina es en la regulación del crecimiento, especialmente del sistema nervioso. Junto con la hormona del crecimiento (GH) interviene en este proceso.
Si durante el desarrollo fetal se produce un déficit de tiroxina, el desarrollo neuronal se ralentiza o detiene. Si el déficit de la hormona se produce durante las primeras etapas de crecimiento, las consecuencias son una reducción en la estatura, en el desarrollo del cerebro y de los órganos reproductores.
La deficiencia de yodo es una de las carencias de nutrientes más común, afectando a casi un tercio de la población mundial. Si falta durante el embarazo, ocasiona hipotiroidismo fetal, aborto, nacimiento prematuro y alteraciones neurológicas en el recién nacido.
El yodo es esencial para el correcto desarrollo del cerebro de los bebés. Las mujeres embarazadas, las madres lactantes y la etapa infantil son los períodos críticos y vulnerables a la deficiencia de yodo, por lo que es necesario fortificarlo, incrementándolo en la dieta. El organismo necesita diariamente de 80 a 200 microgramos (μg) de yodo.
La col de Bruselas nos aporta yodo (IDR) de 150 μg/día en adolescentes y adultos, 220 en mujeres embarazadas y 290 μg/día en mujeres en período de lactancia. Durante el embarazo y lactancia, tanto el feto como el bebé dependen totalmente del aporte de yodo por parte materna para la síntesis de la hormona tiroidea. Para cubrir las pérdidas diarias de yodo se estima necesario ingerir 2 μg/día por kilo de peso corporal. Un adulto de 70 kilos de peso debe ingerir al menos 140 microgramos de este oligoelemento.
La mejor forma de obtener el yodo que necesitamos es a través de los alimentos. Las principales fuentes naturales de yodo son las algas marinas, los cereales y granos.
Diez gramos de alga nori seca contiene 232 μg de yodo, más de 1,5 veces el mínimo diario requerido. Vegetales como la soja, las verduras crucíferas como la col, el brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas, lo contienen siendo buenas fuentes para obtenerlo.
Los niveles de yodo en cereales y granos vienen determinados por la riqueza en yodo del suelo donde se han cultivado. Es una práctica común añadir yodo a la sal de mesa, cloruro sódico al 99%, que se comercializa como sal yodada. A diferencia de la sal refinada, la sal marina contiene yodo junto con otros minerales y oligoelementos, lo que contribuye a la salud del organismo.
Fuente: Artículo patrocinado por COFENAT para la revista bioecoactual, escrito por Raúl Martínez, Dietista-Nutricionista, biólogo
www.cofenat.es
Fuente imágenes: 1- myspanishsoul
yodo, oligoelementos, metabolismo, Terapias Naturales, Usoterapiasnaturales, Salud, salud natural, Medicina Natural, Medicina integrativa, Cofenat